Hoy quiero compartir con ustedes el sueño que tuve anoche, y que, de forma extraordinaria, recordaba perfectamente esta mañana mientras tomaba café y tostadas.

Se trataba de una clínica, cuyos compañeros me pedían que les echase un cable, ya que llevaban un tiempo con problemas y pensaban que quizás yo por dedicarme a la gestión y ser veterinario como ellos, podría entenderlos y ayudarles a salir adelante. Valoraban mucho mi experiencia en clínica.

Se trataba de una clínica pequeña, pero muy bonita, con un alto potencial, pero que había cometido bajo mi punto de vista algunos errores y aciertos:

• Principales errores:
  • Se había metido en un océano rojo, donde había muchas clínicas prácticamente iguales alrededor ofreciendo lo mismo.
  • No había un liderazgo ni un plan claro de hacia dónde ir.
  • Se había descuidado lo más importante de todo, que es la felicidad del equipo. Salvo su amor por los animales y la profesión, nada les ilusionaba cada mañana a las 10.
  • No había listado de tareas, objetivos, ni por tanto, supervisión o seguimiento de kpis.
  • Varios cambios importantes del horario en los últimos meses.

• Algunos aciertos:
  • Enfoque en servicios de calidad.
  • Muy buen trato con el cliente.
  • Realización de campañas con mayor o menor acierto y una buena cartera de planes de salud.

Tras hacer una valoración rápida de sus números, pude sacar las siguientes conclusiones:

• Estancamiento en los datos de facturación, sobre todo en el último año, pese a que el resto de clínicas tuvieron un LFL positivo.
• No había rentabilidad, era “lo comido por lo servido”.
• Mal ambiente de trabajo.
• Riesgo alto de cierre.

Así que con todo esto, como a mí me gustan los retos, les propuse las siguientes medidas a poner en marcha, disponiendo de un presupuesto muy limitado.

Las 4 patas de la silla, como me gusta llamarlo:

• Felicidad del equipo. Había que recuperar anímicamente a todos los compañeros, ya que tras conocerlos, llegué a la conclusión de que eran perfectamente válidos para el proyecto. La cuestión era saber si estaban dispuestos a seguir al 100% en el «barco». Hubo mucha conversación, con total sinceridad, poniendo sobre la mesa todos los problemas que habían. Les pregunté ¿qué era importante para ellos? ¿hacia dónde deseaban evolucionar como profesionales? Soluciones: Un plan de formación para para cada uno, así como un horario bueno y conciliador para la empresa y los colaboradores.

• Trazar un plan de empresa: Había que salirse un poco de ese océano rojo y buscar una oportunidad. Alrededor había muchas clínicas similares, por lo que no bastaba con seguir ofreciendo los mismos servicios. Solución: Mirar qué oportunidades había en la zona, tal vez montar un servicio de urgencias 24 h o desarrollar un centro de especialidades, tanto b2c como b2b, de forma que las clínicas de alrededor se convirtieran también en clientes.

• Talento: Necesitábamos tener al mejor talento, una persona que marcara la diferencia, que metiera los goles del equipo. Solución: ¿Qué tal la posibilidad de fichar a uno de los tres mejores vets de la zona, lo cual nos permitiera dar un saltito de calidad y al mismo tiempo debilitar a la competencia?.

• Digitalización de la clínica. No disponía de web, ni trabajaban las rrss, por lo que no llegaba el mensaje a buena parte de la clientela real y potencial. Soluciones: Desarrollar una página web atractiva y moderna, explicando muy bien la diferencia de la clínica respecto al resto, y trabajar las redes, tanto Facebook como IG, con algún video del equipo dando valor a su trabajo. Además se inició un servicio de whatsapp para tener un mayor contacto y seguimiento de los clientes.

Y no me dio tiempo a nada más. Sonó el despertador, y no sé como hubiera acabo, pero quiero pensar o imaginar a ese equipo disfrutando de su profesión, desarrollándose profesionalmente, dando un trato exquisito, ganándose la confianza y el respeto de sus clientes, y por consiguiente, obteniendo una buena rentabilidad. #equiposfelicesclinicasrentables