Cuando una persona monta una empresa como una clínica u hospital veterinario, sin apenas formación en gestión de negocios, como es el caso de los estudios universitarios de Veterinaria, conlleva tener a la postre algunos aciertos y otros tantos errores. Uno de estos, y del que puedo hablar en primera persona, es acerca del desarrollo de planes de formación para los equipos, tanto vets como atvs.
No es un tema sencillo, al que años atrás no se le prestaba la suficiente importancia. Queremos tener equipos potentes, con buenas capacidades y aptitudes, pero una vez que están con nosotros ¿qué hacemos? ¿sabemos ofrecer una plan de formación adecuado para desarrollarse profesionalmente?
Quizás los ya mas veteranos, no tenían tantas posibilidades de cursos y de másteres en su día. Era una enseñanza que se desarrollaba mas al lado de una persona senior, leyendo bibliografía y siendo bastante autodidacta.
Hoy día esto ha cambiado, y los nuevos profesionales piden que se les ayude con su desarrollo profesional, porque no hay nadie que quiera sentirse estancado, no aprender cada día habilidades y conocimientos nuevos, incluso especialidades, ahora que están tan de moda. Y deben de estar preparados los que son gerentes de clínica, tratar de proporcionárselos, porque de lo contrario tendremos equipos que irán cambiando, o que no se irán pero si que trabajarán desencantados.
Es probable que los dos motivos principales por lo que cuesta dar esta formación sean dos:
- Miedo a que le ayudemos pagándole cursos y que una vez los haya realizado, se nos vaya a otra parte.
- Falta de liquidez para afrontar esa inversión por parte de la empresa.
Respecto al primer caso, deberíamos perder este miedo, y pensar que sería mas sencillo retener a alguien que apoyamos en su formación, y que estará mas motivado. Y respecto a lo segundo, podemos meterlo en el presupuesto anual del centro como algo imprescindible.
Las beneficios llegarán si estamos dispuestos a dar este paso, y son las siguientes:
- Tener un equipo mas cualificado para afrontar su trabajo, lo cual influirá positivamente en la resolución de los casos y en la facturación.
- Posibilidad de diferenciación y abrir palancas nuevas con servicios que no ofrezca la competencia.
- Poder de atracción para otros profesionales y que quieran trabajar con nosotros.
- Disminución de la rotación de personal, y de los problemas económicos y falta de confianza en los clientes que supone.
- Tener equipos mas felices y motivados.
- Mejoraremos la salud de nuestras mascotas y la fidelidad de nuestros clientes.
Y si estás de acuerdo hasta aquí, y quieres empezar con ello, ¿cómo hacerlo?
- Desarrollar junto a cada componente del equipo un plan de ruta o de formación que le gustaría tener y coincida con el plan de crecimiento de la clínica.
- Hacer una valoración de lo que económicamente podemos poner sobre la mesa, diseñando un calendario a 1-3 años. Esto hay que verlo con todo el equipo, ya que seguramente va a suponer reajuste en los turnos cuando llegue el momento
- A la hora de afrontar los cursos, la empresa puede ayudar parcial o totalmente, además de optar por alguna de estas tres fórmulas, dependiendo del coste y de los ahorros:
- Abonar directamente ese dinero por parte de la empresa en esa formación. Esto tendría el riesgo de que a su finalización, el compañero se fuera y nos quedamos con cara de póker.
- Que lo abone el colaborador, y posteriormente la clínica le va dando un %. Por ej. si tenemos un vet que hace un máster de traumatología y lo abona de su bolsillo, podríamos posteriormente darle un % en cada cirugía, al igual que hacemos con los colaboradores externos.
- Que se vaya creando una bolsa, metiendo un % del dinero generado por el vet o atv con alguno de sus servicios, y posteriormente destinarla a cursos.
- Debemos de tener en cuenta que no solamente necesitaremos la inversión de una formación, sino con casi toda probabilidad también en equipamiento, para poder así desarrollar todos los conocimientos adquiridos.
No hay clínica veterinaria rentable, que se mantenga funcionando en el tiempo, sin un equipo feliz y realizado.